En el centro vemos la imagen de un rostro distorsionado con los ojos cerrados mirando hacia el suelo. De la parte de atrás de la cabeza sale una mujer que se asemeja a su musa, Gala, y se acerca lentamente a la entrepierna de un hombre con rodillas sangrantes. Esto podría ser la fantasía masturbatoria de Dalí.Del gran rostro durmiente se despliegan otras figuras como un saltamontes, hormigas, piedras y figuras humanas.
Cuando Dalí era niño su padre intentó impartirle educación sexual dejando un libro de enfermedades venéreas abierto en la cocina. Dalí sintió una mezcla de horror y maravilla ante las imágenes, y pasó toda su vida relacionando su sexualidad con la putrefacción. Es por esto que la obra de Dalíse relaciona constantemente con su ansiedad sexual.
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